CANCIÓN DE LA NOCHE/Luis Fiestas

I. CUANDO VIENE LA NOCHE

Cuando viene la noche
mi alma despierta
y toma el camino de la ciudad.
Y todas las luces
se repiten en ella, 
y me siento divino.
En mi recuerdo,
tú resplandeces:
canto y sonrío,
soy inmortal.

Viene la noche y mi alma
(tan nocturna)
se alegra en sí misma
 y en este amor
que eres tú,
que eres todo.

II. EN MI ROSTRO MIS OJOS ABIERTOS

En mi rostro mis ojos abiertos,
la gran noche y sus estrellas murmurando,
mis deseos, corazón, solo soñando.

Mundos eléctricos:
las células vitales compitiendo,
encuentros finísimos e inconclusos,
riendo y cantando
caminan direcciones los mil soles,
los deseos de ser y llegar.

Amar…
el río resplandece y corre,
besa las tierras ajenas que son
morada voluble,
cambiante y perfecta,
inconclusa, absoluta, divina.

El río está en sí mismo….
Transición de transición,
puente de algún otro puente que no termina de nacer
y,
aunque lo quieran los dioses,
no puede morir.

El río soy yo.

III. DENTRO DE MI…

Dentro de mí
la imagen de tu rostro y el perfume
del día que fue y no fue
recuerdo concentrado
de aquella vivencia fantástica.
Paréntesis extraño fue el encuentro
de aquella pasión más primaria.
Comprensión sin palabras,
éxtasis del miedo,
búsqueda eterna del Yo.

Y el silencio sonríe
y la oscuridad calla.

Vida de la vida en movimiento,
su copia perfecta instaurada
en la sombra,
y en la paz
de mis ojos
y mi boca.

IV. SI MI ALMA ESTA PERDIDA

Si mi alma está perdida
no he de buscarla.
La dejaré volar
por los oscuros misterios
del espacio infinito
que existe en mi rostro.
Ella llevará
mis ojos inconclusos, 
y mis manos deseosas
encontrarán un destino,
un eco,
un espejo,
un rostro que busco.

No,
no he de impedir
el vuelo que tiene que ser.
Quiero encontrar
una continuación que no hallo,
un sentir que quisiera su coda,
una resolución sin enigmas,
respuesta precisa a las preguntas
de la noche.